Camus García, el reconocido influenciador costeño, se alejó de sus comodidades y se propuso una misión: cambiar la vida de la familia Escorcia, en el barrio Ciudadela en Barranquilla.

Hace 12 días, tras un mensaje de ayuda que recibió en su cuenta de Instagram y apoyado en su proyecto personal, llamado Cambiando Vidas, decidió pasar la cuarentena con cuatro personas que viven en un contexto de estrato totalmente opuesto al suyo.

Fue acogido en gran manera. Le acondicionaron su espacio para que pasara la pandemia junto a ellos, los Escorcia, una familia que se convirtió prácticamente en la segunda suya.

Un colchón en el suelo, dos almohadas blancas, un abanico a ras de piso y un mensaje de bienvenida, marcó el inicio de su misión. Su meta es un mes, pero le aseguró a Zona Cero que se irá cuando los cuatro miembros de la familia tengan un trabajo estable y las comodidades que merecen.

Camus usó su influencia en redes sociales para trascender sobre esta familia, al igual que lo hizo con los 5 mil vendedores informales que están inscritos en la aplicación Mercalocal, su otro proyecto bandera.

Los Escorcia, también, se dedicaban a la venta informal de bollos de mazorca, pero la pandemia del Covid-19 los tenía pasando angustias y tristezas.

Sin embargo, la llegada del influenciador los ha fortalecido. "Yo estaba en Santa Marta y me conseguí un permiso para movilizarme. Lo primero que hice fue saldar todas las deudas de arriendo para que estuvieran tranquilos", expresó.

Contó que los Escorcia, al principio eran muy tímidos, pero después le fueron tomando confianza.

Camus empezó a mover su poder en redes sociales y además, le presentó este proyecto a varias empresas y les gustó. "Pintuco va a pintar la cuadra. SuperEfectivo nos dio una nevera. También nos donaron cinco colchones", informó.

Para el influenciador, lo más enriquecedor de esta experiencia ha sido aprender el valor de las cosas. "Mi estadía aquí terminará cuando todos tengan trabajo. A uno le conseguí trabajo en Claro Colombia, como gamer. La empresa le dio celulares a toda la familia", reveló.

"Yo no estoy cobrando a las empresas absolutamente nada. Mi trabajo es que me den cosas para ellos. Cuando me vaya, van a quedar con seguros de vida y de salud", agregó.

Camus, no sólo ha influenciado en esta familia, también en el sector. Ayer realizaron una jornada de vacunación para 100 perros. También, con donaciones de restaurantes, han entregado almuerzos. Por otro lado, colocó dos bicicletas spinning para que los habitantes realicen ejercicio.

Su experiencia en la Armada Nacional lo ayudó a adaptarse a este contexto distinto al que vive con su familia, en donde la comodidad prevalece. Con los Escorcia, le tocó bañarse con una manguera, cortarse el cabello con un barbero del sector y en la terraza, almorzar en un porta comidas y dormir de otra manera.

"En los primeros días, vi la casa desordenada y empecé a hacer aseo general. Todos los martes como vegano y aquí se han adaptado a la costumbre mía, como yo a las de ellos, dormir sin aire acondicionado. Yo nunca había hecho eso", manifestó.

"Cuando no estamos haciendo actividades, yo estoy haciendo un máster con ellos de tecnología para que puedan ayudar a más gente. Ellos quieren seguir ayudando al vecino", añadió.

Aseguró que su idea era vivir la experiencia con los Escorcia y ver las necesidades desde cero y después irse con la garantía de que ellos estarán bien en un futuro.

"Las marcas -indicó- se están acercando con iniciativas. Postobon viene mañana a poner una nevera, para que vendan gaseosas".

La labor social de Camus no se detendrá después de su misión con los Escorcia. Su plan es ir a una comunidad más grande y lograr verdaderos cambios, con el apoyo de su influencia en redes sociales y de las empresas que ya hacen parte de su proyecto.